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Black is Beltza filmaren estreinalditik (2018) lau urtera, bigarren filmaren, Ainhoa, sortze prozesua kontatzen du dokumentalak. Amaia Jacksonen eta Fermin Muguruzaren arteko elkarrizketaren bidez, proiektuaren ertz guztiak ezagutuko ditugu: Iñigo Muguruzaren heriotzak nola baldintzatu zuen egitasmoa, finantziaketaren zailtasunak, ahotsak jarri dituzten aktoreak, animazioaren xehetasunak, produkzioari dagozkionak… Berriz ere artefaktu transmedia bat dugu eskuartean: filmaz gain, komikia, BSO-soinu banda eta ekintza paraleloak ditu, baita sorpresak ere bai, proiektu-amets hau posible egin dutenek elkarrizketa bidez azaldu digutena.
Egilea: Fermin Muguruza
Sudouest ➝
Dans le cadre de la promotion du cinéma espagnol, le directeur Fernando Ariza a convié le cinéaste Fermín Muguruza. Ainsi, samedi 29 octobre, au sein du programme foisonnant du Festival Huellas, on retiendra la deuxième avant-première de l’édition, avec le long métrage du réalisateur basque pour son dernier film d’animation à 21 heures à l’Albret. « C’est la fin de la guerre froide et la répression policière espagnole fait face à une nouvelle génération d’activistes basques ayant soif de musique et de liberté. » Trois ans après le premier opus, Fermin Muguruza réalise « Black is Beltza II : Ainhoa », qui raconte les aventures d’Ainhoa, la fille de Manex, héros du premier volet.
Infobae ➝
Es la tarde en el barrio de Congreso. Sobre la calle Hipólito Yrigoyen una persona está apoyada en la estructura de un kiosco cerrado. Escucha un rock estridente en una radio atada a un carro de supermercado lleno de ropa y bolsas de plástico. Una señora cruza la calle como si fuera un zombi. Otro grupo de personas se prepara para pasar la noche a la intemperie en la plaza. El músico y cineasta vasco Fermín Muguruza está sentado en la mesa del bar de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo, al lado de un retrato del Che Guevara. El café y el agua lo trae la persona de prensa, desde un kiosco, porque el lugar está solamente abierto por Fermín. “Es un lugar al que siempre quiero volver”, dice. Hace más de veinte años que el cantante y líder de bandas punk rock como Kortatu y Negu Gorriak, que crearon una revolución en la música del territorio vasco, regresa a la Argentina.
Todo lo que hizo y que lo trajo hasta acá, con 59 años de edad, sigue vigente. Su música siempre fue un grito de rabia frente al fascismo y la exclusión social que provoca el capitalismo. La ropa negra, el pelo cortado al ras y los rasgos de su rostro pueden parecer duros y tajantes como su discurso, pero cuando habla del almuerzo y el vino que compartió con un amigo en el restaurante Cervantes, un clásico de la zona, el cuerpo se le ablanda y asoma una sonrisa.
—Tomamos Vasco Viejo. Salimos los dos contentos y felices.
Fermín se ríe. Es una risa ahogada, una risa oscura, una risa cínica, una risa con los dientes apretados.
—Me levanté de una siesta y me dije: “¿por qué tomé vino?”, pero lo más interesante en estos viajes es poder compartir con mi gente.
El artista vasco está en Buenos Aires para presentar su nueva película Black is Beltza 2: Ainhoa, que se estrenó oficialmente en el festival de cine San Sebastián en una fiesta en el velódromo de la ciudad para tres mil personas. El largometraje de animación para adultos, que es una coproducción entre España y Argentina, se sitúa en los años noventa y lleva a su protagonista, Ainhoa, una joven nacida en Bolivia, por un viaje alrededor del mundo en busca de respuestas acerca de los asesinatos de sus padres, involucrados con movimientos de liberación internacionales, desde Cuba hasta Palestina. Es un largometraje político de acción y aventura, que funciona como secuela de Back is Beltza, que puede verse en Netflix. La película, con una banda de sonido que reúne una selección del rock radical vasco como Barricada, Negu Gorriak, Kortatu, Rip, Cicatriz y artistas internacionales como The Pogues, se podrá ver en el cine Gaumont (Av.Rivadavia 1635) en dos funciones diarias a las 18.15 y 22 horas hasta el miércoles 26 de octubre. La avant premiere se realizó en el complejo Art Media con una fiesta gratuita con el espíritu del estreno internacional.
—Quise proyectar la película y que en el mismo sitio la gente se pueda beber unas cervezas y quedarnos allí, y encontrarnos con gente con la que compartí cosas. Me dio pena saber que murió Pipo, el director del Festival de Cine Árabe Latinoamericano. Puedo decir que el primer premio que se me dio en mi vida fue en la Argentina y me lo dio Pipo.
—Hace cuatro años me dieron un premio por todo mi recorrido musical en el País Vasco. Quieras o no cuando estás tan castigado a nivel censura y que en muchos lugares no puedes actuar, son cosas que reconfortan. Sabes que dan prestigio también.
A mediados de los ochenta, la música del grupo Kortatu con esa mezcla de punk rock y ska generó una revolución en el País Vasco con sus letras radicales en euskadi, que hablaban sobre la represión policial, la iglesia, la liberación sexual, la problemática de las drogas en las calles y promovían la rebeldía frente a la injusticia social. Himnos como “Mierda de ciudad”, “Don Vito y la revuelta del franopático”, “Nicaragua sandinista”, “Zu atrapu arte” y principalmente una de sus canciones más populares “Sarri, sarri”, (inspirada en la música de “Chatty Chatty”, del grupo jamaicano Toots and the Maytals y con una letra que hablaba de la fuga de la prisión de Martutene de dos presos condenados por su pertenencia a ETA), le valió la censura, pero terminó atravesando territorios, influyendo en el sonido de una nueva generación.
En los noventa vino a tocar con Manu Chao y formó parte de la semilla de lo que fue todo el movimiento del rock latino. Desde esa época conoció a mucha gente con su proyecto Negu Gorriak, su formato de Sound System después de grabar un disco en Jamaica, y las presentaciones de sus documentales Bass-que Culture (2006), Checkpoint Rock: Canciones desde Palestina (2009), Next Music Station (2011), una serie sobre la música de varios países árabes, No More Tour (2013), un documental sobre su propia gira, y Zinemira Nola? (2016), un registro de Nueva Orleans diez años después del Katrina. Con su nueva película Black is Beltza 2: Ainhoa, el músico y cineasta, no le habla solamente a los de su generación, los que crecieron, hicieron pogo o bailaron con temas encendidos y volcánicos, que causaron conmoción en el País Vasco, sino a las nuevas generaciones que siguen la cultura del comic, admiran autores como Robert Crumb, o pueden verse representados por la influencia del animé, o seguir películas de culto como Heavy Metal de Gerald Potterton.
—Nazco en el ‘63 así que todas las dictaduras, las nuestras y las de otros no nos son ajenas. Sabía que era el país del Che, el país de las Madres, de los desaparecidos, y luego teníamos la literatura, todo lo que conocíamos de Benedetti y Galeano con sus Venas abiertas de América Latina.
—La música de Violeta Parra y mucho tango, porque yo tocaba el acordeón.
—En mi casa han sido muy musicales. Mis padres eran muy enamorados del acordeón. Nosotros tocábamos la cromática y todo lo que era Astor Piazzolla. Toda esa música nos llegaba mucho. El tango me parecía una maravilla.
—Fue en París. Ellos estaban tocando con Manu Chao, colaborando para el disco Casa Babylon. Fui a verlos y de repente me los encuentro ahí. Dos afros con dreadlocks medio punks al estilo londinense y me cantan una de mis canciones en euskera. Me quedé pensando, ¿qué esta pasando aquí? Ese fue mi primer contacto. En el ‘92, también, estuvimos tocando en México con Los Cadillacs.
—Nosotros entramos ahí cantando en euskera y éramos parte de ese reventón porque luego produje a Tijuana No, y ahí también colaboraron los Mano Negra y Todos tus Muertos. Teníamos mucha gente. Ahí agarramos el disco Casa Babylon de Mano Negra, el Dale Aborigen de TTM, Tijuana No con Transgresores de la ley, y los de Negu Gorriak. Estábamos todos en los cuatro discos de los otros. Son discos de cabecera de lo que estaba pasando en los noventa, donde reivindicamos las raíces de las músicas populares y lo mezclamos con rock, reggae, rap, o con expresiones más punk. Rompimos compartimentos y nos atrevimos a hacer lo que queríamos y encima todo funcionó. Vivimos esa efervescencia.
——Para nosotros una cuestión imprescindible es la transmisión y explorar vías nuevas para que se conozca lo que pasó antes. En primer lugar en el País Vasco y luego a nivel mundial. Están los que conocen esta historia y los jóvenes que no. Me gusta el concepto africano de los griots y su manera de transmitir la sabiduría de los ancestros a los jóvenes. Tengo 40 años en la música y el cine y atravieso a varias generaciones con lo que hago.
—Es que si haces un viaje al primer disco de Kortatu te vas a dar cuenta que la primera canción del disco es una canción basada en un comic, Revuelta en el frenopático. Después aparece la influencia del cómic undeground americano con Robert Crumb. En el segundo disco en el estado de las cosas hay una canción dedicada a Stefano Tamborini el guionista de RanXerox, que murió por una sobredosis de heroína, y en el tercer disco tenemos “After bolchevique” que es un cómic del País Vasco. Siempre está la referencia al cómic en toda mi música. Incluso el disco Brigadistas Sound System está todo dibujado por un ilustrador. Mi hermano y yo hacíamos nuestros cómics. Mi hermanos dibujaba y yo hacia los guiones y preparábamos las tiras de nuestros propios cómics.
—Queríamos llevar a nuestra protagonista al último concierto de Kortatu y cuando muere mi hermano decido darle vida a través de la animación no solo en el concierto sino también en un reportaje, que no queda aislado de todo el guión. En cada línea o frase se dicen cosas que tienen que ver con algo que pasara en la película, o incluso con lo que pasó en la anterior película como cuando se menciona Vietnam, o cuando los franceses empezaron a traer el opio de Saigón por los laboratorios que tenían en Marsella, o cuando hablamos de la desaparición de los 150 kilos de cocaína en mi país. Es un guiño a la gente que nos sigue y que sabe que nosotros con Negu Gorriak hicimos una canción (“Podredumbre”), por la desaparición de esa droga y que tuvimos ocho años de proceso judicial por eso. De alguna manera fue reivindicar la idea que tuvo siempre Kortatu de denuncia social, compromiso político, pero también de la defensa del aspecto lúdico del arte y disfrutarlo, celebrar la vida, e intentar reírnos de todo, incluso de nosotros mismos.
—Esa es la idea. A mí me encanta el hardcore y el punk rock, pero nosotros veníamos de otra onda, no sólo del punk sino de todo el revival del ska. Para nosotros, The Specials, The Beat, The Selecter, Madness, eran pura fiesta, pero a la vez eran bandas que reivindicaron el encuentro de culturas y que estuvieron en primera línea de fuego contra el racismo luchando contra el frente nacional en Inglaterra. Eso era muy importante.
—La defensa de la fiesta popular es intrínseco a nosotros porque durante las dictaduras las fiestas eran una manera de juntarnos, de sabernos vivos, de cantar canciones populares a las que les dábamos un doble sentido que la dictadura no podía entender y nosotros sí. La defensa de la fiesta es una manera de decir que la fiesta hace comunidad y esa es una de las grandes estrategias que nos queda en este duro capitalismo en el que vivimos.
—Bueno, todos los discos que fui haciendo son retratos de una época, pero hay canciones que se cantan con la misma rabia como “Zu atrapu arte”, que tendría que tener un estudio de cómo se canta en diferentes países del mundo. La gente se la sabe en euskera y es una declaración de principios. Así comienza y termina la película. Esa canción no se puede seguir cantando sin rabia por todas las injusticias, por todo las revoluciones que no pudimos hacer, por las frustraciones, por no conseguir algunas cosas.
—Sobrevivir, conseguimos sobrevivir. Estamos aquí presentado una película que sirve de transmisión a futuras generaciones, y que sirve también para contar nuestra historia y que no la cuenten otros. Ganamos la palabra.
El músico y cineasta vasco Fermín Muguruza, reconocido por haber fundado bandas de rock como Kortatu y Negu Gorriak, está estrenando en la Argentina su segundo filme de animación para adultos, “Black is Beltza 2 Ainhoa”, en el que combina sus dos facetas artísticas. La película se podrá ver en Rosario a partir de hoy, a las 20, en el cine Monumental (San Martín 993) con la presencia del director.
El film es la secuela de “Black is Beltza” (2018), disponible en Netflix. Esa primera parte transcurre en octubre de 1965 en Nueva York y cuenta los acontecimientos que marcaron la convulsa sociedad de mediados de los sesenta: los disturbios raciales derivados de la muerte de Malcolm X, las excentricidades de los personajes de The Factory, las alianzas entre los servicios secretos cubanos y los Black Panthers estadounidenses, entre otros.
“Mis películas son musicales, tienen un ritmo muy mío. De hecho, todo el diseño sonoro lo hago yo y entregué una animática con la música original que es algo que siento que motivó a todos los animadores de manera especial en las dos películas”, arriesga Muguruza.
El film es una coproducción vasca-argentina en la que la compañía rosarina Draftoon SRL se encargó de la animación. Este lazo con esa firma local explica que la película sobre las andanzas de Ainhoa tenga esta noche una función especial en el cine Nuevo Monumental.
Como prólogo a esta gira argentina, el filme tuvo su estreno mundial en el marco del 70º Festival de San Sebastián realizado en septiembre pasado, donde agotó las 3.000 localidades de una proyección al aire libre en el Velódromo de Anoeta.
“Ese día 23 de septiembre en una pantalla gigante de 400 metros cuadrados fuimos tres mil personas respirando la película al mismo tiempo y fue una maravilla”, evoca el compositor que antes rodó los documentales “Bass-que Culture” (2006), “Checkpoint Rock: Canciones desde Palestina” (2009), “Next Music Station” (2011), “Zuloak” (2012), un año más tarde codirigió junto a Daniel Gómez “No More Tour” (documental sobre su propia gira) y hacia 2016 “Nola?”.
Esa obra audiovisual referida a músicas de los márgenes y resistencias varias no dejaba entrever que Muguruza (nacido en Irún el 20 de abril de 1963) apostaría por torcer su rumbo cinematográfico hacia la animación, un cambio que atribuye a que “se trata de un formato muy joven y muy interesante porque es una manera de contar relatos de un modo que la ficción no te permite”.
“A mí me parece -desafía el rockero- que la animación puede mejorar los mundos que imagino y eso es algo que la ficción no puede darme aunque me considero un fanático de la ficción”.
La historia de “Black is Beltza 2 Ainhoa” se sitúa en la década del 80, siguiendo los pasos de la muchacha negra criada en Cuba que, a sus 21 años, comienza un viaje iniciático por el País Vasco como primer destino para conocer la tierra de su padre Manex.
En ese contexto donde la banda Kortatu da su recital de despedida con el repertorio de su cuarto y último disco “Azken guda dantza (“La última danza de guerra” en euskera), conoce a la periodista Josune y juntas trazan una travesía personal, violenta, pasional y política por Líbano, Afganistán y la ciudad francesa de Marsella en tiempos del final de la Guerra Fría.
Me pareció necesario mostrar las contradicciones porque nosotros vivimos en completa contradicción siempre, pero la idea también fue poder meternos en la dialéctica de la discusión que se daba entonces y se sigue dando ahora porque yo he vivido en toda ocasión conflictos también dramáticos y armados que he podido visitar porque no solamente soy del País Vasco y he vivido el País Vasco. Lo que muestra la película también forma parte de nuestra historia y tenemos que contarla porque también hay muchas cosas que fueron virtuosas y así como la resistencia armada puede servir para combatir el fascismo hay que atreverse a pensar en otras etapas de la lucha y, como me dijeron combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, “nosotros estuvimos expuestos a morir en la guerra y ahora estamos dispuestos a morir en la paz”.
Claro. Tenemos que explorar nuevas formas de combatir también la injusticia y por eso en la película mencionamos a Gladys del Estal, una jovencita que empezaba a intentar explorar vías de desobediencia y fue asesinada de un balazo por la Guardia Civil en Navarra mientras participaba de una sentada de protesta antinuclear en plena época de la Transición. Esto fue en 1979, tenía 16 años, ya muerto (el dictador Francisco) Franco, triunfa la revolución sandinista y sale “London Calling” de los Clash (risas). ¿Te puedes imaginar eso cómo le vuela la cabeza a uno? Sobreviví a todo esto y estoy haciendo esta entrevista contigo.
No va a haber otra animación por ahora porque necesito tomarme un tiempo de descanso. No tuve manera de dejar una semana libre desde que empecé hace cuatro años con esta película. Así que el año que viene, ya que en abril cumplo 60, tiene que ser un año de parón tras una vida que ha sido un movimiento frenético y de actividad. Hay momentos simbólicos y cumplir 60 años es como decir “llegué aquí, ¿no?”.
Nunca pensé vivir tanto en este mundo, pero por otro lado también me considero tan joven y no me doy cuenta de que tengo esa edad aunque me acuerde mucho de cada disco, de cada gira, de los países que visité y de las personas con las que estuve y que me marcaron.
Directa ➝
Conversem amb Fermin Muguruza i Susanna Martín, respectivament, director del film Black is Beltza II: Ainhoa i autora de les il·lustracions de la seva versió en format novel·la gràfica –a partir d’un guió del mateix Muguruza, Harkaitz Cano i Isa Campo, en català de la mà de Pol·len Edicions– que aquests dies han presentat a Barcelona, coincidint també amb l’estrena de la pel·lícula als cinemes Girona i altres sales de Catalunya. Es tracta de la segona part d’un projecte amb el mateix esperit multimèdia que aquest referent de la música basca (Kortatu, Negu Gorriak…) va donar a conèixer l’any 2018, aquest cop reencarnat en la filla del protagonista de la primera entrega. La xerrada dona per molt. Entre els temes que han sortit, i que s’apunten a la pel·lícula i la seva versió impresa: la guerra bruta al País Basc, la relació entre ficció i memòria col·lectiva, l’autodefensa feminista, el moviment Black Lives Matter, Iñigo Muguruza, el Corto Maltès, Alien… Però sobretot hem parlat sobre el vincle entre música i revolta.
Fermin Muguruza: Hi ha gent que jo respecto molt, com l’Alejo del grup Derribos Arias, que pensa que això no va passar. Això no obstant, podem constatar que existeixen documents que en un moment donat es van fer públics i després van desaparèixer, com per exemple l’informe Navajas [promogut pel fiscal en cap de l’Audència Provincial de Guipúscoa, Luis Navajas, el 1989]. Per què no podem llegir avui l’informe Navajas? Així podríem veure la connexió que hi havia entre el poder policial, la guerra bruta i el narcotràfic, la qual s’ubicava geogràficament al quarter d’Intxaurrondo que, com sabem, al seu moment estava molt relacionat amb el govern espanyol, que va ser la causa que dos ministres d’Interior, Vera i Barrionuevo, anessin a la presó. Una de les eines de la guerra bruta era el finançament que provenia de l’heroïna. N’hi ha proves, i n’apareixeran més, com ja ha passat als Estats Units. De fet, el lehendakari Ardantza afirma en les seves memòries que, quan era alcalde d’Arrasate, va organitzar un petit grup de policies municipals per seguir els cotxes que anaven carregats d’heroïna cap a Intxaurrondo. Encara que no vull fer propaganda de les seves memòries [riu], el que ell diu sembla un fet.
Fermin Muguruza: “L’animació per adults resulta totalment útil a l’hora de preservar i actualitzar la memòria col·lectiva”
F. M.: Hem fet una història d’aventures, un thriller polític, i és la manera que hem considerat millor per contar aquesta història divertint-nos i, al mateix temps, documentant tant els moments històrics que s’hi narren com les experiències que vam viure en primera persona. Crec que l’animació per adults resulta totalment útil a l’hora de preservar i actualitzar la memòria col·lectiva.
F. M.: Seguim la petjada de cineastes com Costa Gavras a Grècia; de Bertolucci i Pasolini a Itàlia; de Wim Wenders i Werner Herzog a Alemanya; i de l’època de la Nouvelle Vague a França… En el camp de l’animació, també m’ha influït Heavy Metal (Ivan Reitman, 1981) i la saga de Ghost in the Shell.
F. M.: En primer lloc, he de dir que Susanna és una professional amb una llarga trajectòria de creació de còmics. Domina perfectament el llenguatge de la novel·la gràfica. Per aquest motiu, tot va ser molt més fàcil per a mi des del principi, amb un estil de treball completament diferent, ja que, a diferència de l’ocasió anterior, la Susanna va calendaritzar amb precisió la data d’inici i de final. Per altra banda, aquesta vegada vam crear en paral·lel pel·lícula i còmic.
Susanna Martín: A mi em van passar un guió cinematogràfic i vaig dir: “Fermin, l’he de retallar”. Tot el que estava pensat pel metratge de la pel·lícula era impossible d’encabir en 125 pàgines. Vaig tenir total llibertat d’elecció dels continguts i per donar-los forma. Vaig fer servir la quadricromia i vaig respectar també l’estètica “un color, un viatge” que hi havia a la primera part de Black is Beltza.
S. M.: El còmic té un tractament feminista. Les hòsties que pega l’Ainhoa són diferents i estan inspirades en l’autodefensa feminista i les arts marcials. Si t’has d’enfrontar amb un armari empotrat i ets una dona no li dones un cop de puny a la cara per tombar-lo, tens altres estratègies com les puntades als ous. També, a diferència del film, he revisat el llenguatge perquè sigui inclusiu. Per últim, la mort d’un personatge molt important (no direm qui és per no fer un espòiler) suposa un punt àlgid tant del còmic com de la pel·lícula. I el tractament de les escenes és totalment diferent en els dos formats.
F. M.: No és un personatge real. Manex té dos referents. Un, Unax Ugalde, qui havia de posar-li veu; l’altre, el Corto Maltès, un personatge de ficció amb molts paral·lelismes amb ell i que ens va servir d’inspiració.
F. M.: Amanda està inspirada en cartells i fotografies de dones cubanes guerrilleres d’abans de la revolució. L’Ainhoa s’assemblava molt a la persona que li va posar veu, Maria Cruickshank, una persona mestissa filla de pare de l’illa de Granada i mare basca.
S. M.: M’agrada molt crear personatges. Sempre em pregunto a qui contractaria d’actor si volgués dirigir una pel·lícula. El paper d’Isabel, que és l’advocada, està inspirat en Ariadna Aristide, una actriu marsellesa que està molt compromesa socialment amb les causes actuals de la seva ciutat i que actua en films de cinema d’autor.
F. M.: Un altre personatge del film és una referència a la cantant libanesa Fairouz…
S. M.: I les escenes d’acció en què l’Ainhoa agafa un AK-47 provenen de la iconografia de la tinent Ripley a Alien (Ridley Scott, 1979), la meva pel·lícula preferida.
Susanna Martin: “Les hòsties que pega l’Ainhoa estan inspirades en l’autodefensa feminista. Si t’has d’enfrontar amb un ‘armari empotrat’ no li dones un cop de puny a la cara”
S. M.: La pel·li existeix principalment per homenatjar a Iñigo Muguruza i a totes les companyes de lluita del Fermín que segueixen vives. El primer passi va ser molt emocionant. En un moment donat tothom es va posar dempeus per cantar “Lau Haizetara”, el tema principal del disc homònim que Imanol Larzabal va publicar després de tornar de l’exili, i que forma part de la banda sonora original del film. Més enllà, aquest fet permet entendre la profunda connexió de la música amb les lluites, i il·lustra la idea de Salvador Allende que el mateix Iñigo parafraseja: “No hi ha revolucions sense cançons”.
S. M.: Sí, sens dubte. Més enllà, vull afegir que el passat està molt present i fa mal. Ara com ara, ETA encara serveix per enviar a la presó sense proves als implicats en el cas Altsasu. El dia de l’estrena va sortir a l’escenari Joseba Salutregi (director d’Egin que va passar set anys i mig a la presó); l’ovació de les 3.000 persones va ser monumental. Com a mínim, aquest moment va servir per contribuir a reparar en part un fet totalment injust, que té a veure amb la guerra contra la llibertat d’expressió.
S. M.: La informació, com l’AVE, passa primer per Madrid i després es distribueix. Aquesta idea funciona com una metàfora. Hi ha mecanismes que impedeixen una major connexió de les protestes, que era molt més complicada quan no hi havia internet, sobretot després del tancament dels diaris. Més enllà d’això, crec que el Pacte de Pau signat no ha estat real, perquè els presos no han retornat a Euskal Herria. Avui encara es reclama “Presoak etxera” (l’apropament dels presos) i tot això pràcticament no es veu fora del territori basc. S’ha d’anar amb peus de plom amb la imatge que es projecta. L’estigma “etarra” o “bilduetarra” es fa servir constantment per desacreditar lluites com el feminisme actual.
F. M.: La música portava el missatge. També, jo feia moltes entrevistes per a fanzins i ràdios lliures. Ara és molt difícil d’imaginar, però resolíem les ganes d’informació fent circular fotocòpies i cassetes que ens agradaven. Vam fer molts contactes a Europa amb Kortatu. Després, vam crear un circuit de música independent a Amèrica Llatina i a Àsia amb Negu Gorriak. Malgrat que no havíem fet cap distribució de la música de Kortatu, el primer cop que vam actuar a Mèxic l’any 1991 la gent se sabia les cançons… fins i tot “Zu atrapatuarte” en euskera!
Susanna Martin: “[A l’estrena] vam poder entendre la profunda connexió de la música amb les lluites, i il·lustra la idea de Salvador Allende que Iñigo [Muguruza] parafraseja: ‘No hi ha revolucions sense cançons’”
F. M.: Va ser coincidència, ja que vam començar el guió de la pel·lícula l’any 2010, i el còmic el 2014. Això no obstant, puc dir que prèviament havíem treballat amb Public Enemy o Ice T, que va tocar amb nosaltres amb el seu grup Body Count el 1996 al País Basc. No feia molt que el mateix Ice T havia publicat “Cop Killer”, per denunciar assassinats com el de Rodney King. Considerem que aquesta història és també la nostra dels anys noranta, quan Negu Gorriak estava en actiu. Pel que fa a la pel·lícula, comença amb un fet real i documental: el gegant negre que no pot desfilar per Nova York, a causa del racisme i la manca de llibertat d’expressió vigent llavors i avui. En tot plegat, també hi volíem afegir la reivindicació d’Emma Goldman: “si no puc ballar no és la meva revolució”.
S. M.: Algú va dir que si hi hagués una tercera part sonaria trap [riu]. Hauríem de veure quines músiques es van sentir durant la Primavera Àrab o el 15M… Bad Bunny, Residente i Ricky Martín van tenir un paper important en les mobilitzacions que van servir per enderrocar al president de Puerto Rico el 2019, quan es va posar en pràctica el reggaeton combatiu.
Villaweb ➝
L’Ainhoa és una jove cubana que a final dels vuitanta va anar al País Basc a conèixer la terra del seu pare i s’hi va trobar un context marcat pel conflicte armat i el consum d’heroïna. Després se’n va anar al Líban, l’Afganistan i Marsella i acabà veient de molt a prop el món de les xarxes de narcotràfic i els vincles amb la política. Aquest és el punt de partida de Black is Beltza II: Ainhoa, l’últim còmic de Fermín Muguruza, fet juntament amb Harkaitz Cano i Isa Campo i amb els dibuixos de Susanna Martín, que aporten una perspectiva diferent dels de la primera part. Aquesta segona part de Black is Beltza, que també té disc i film, denuncia la guerra bruta contra la dissidència en diversos llocs del món, repassa el bo i millor del punk i el rock basc dels vuitanta i esdevé un homenatge a Íñigo Muguruza, el germà de Fermín, que, com ell, apareix al còmic.
Parlem dels detalls de la història amb el cantant, productor i director Fermín Muguruza i amb la dibuixant de còmics i novel·les gràfiques Susanna Martín. L’obra és també una defensa decidida de les llengües minoritzades –s’ha projectat en basc a Madrid, s’ha editat en català…– i ambdós ho deixen clar: ell és un basc que parla català; ella, una catalana que aprèn basc.
—Fermin Muguruza [F. M.]: Sempre he tingut el còmic molt a prop… Al primer disc de Kortatu ja vam dedicar la primera cançó al còmic de Montesol Revuelta en el frenopático. Després del primer còmic de Black is Beltza ens van proposar de fer una exposició i activitats, i fins i tot vam acabar enregistrant un disc. Alhora, vam fer el primer film. Per tant, la idea d’un projecte transmediàtic va sortir pel camí, amb el benentès que volíem que cada plataforma tingués independència. En aquesta segona part ho hem fet tot alhora, però volia que tingués una altra estètica, i això ens ho podia donar la Susanna Martín, que ha fet molts còmics relacionats amb l’Amèrica Llatina, Palestina, de suport al moviment feminista…
—Susanna Martín [S. M.]: En Fermín al País Basc és un símbol. Jo visc allà, en un poblet molt petit i bascòfon, i tot sovint quan hi ha protestes o festes sona “Sarri, Sarri”. Qui m’ho havia de dir, que aquell cantant em proposaria un projecte! Sents responsabilitat perquè has de dibuixar Kortatu i perquè Black is Beltza I va ser molt gran. La feina de dibuixar la vaig fer a partir del guió cinematogràfic, que sempre és més llarg que el còmic, i he tingut força feina de retallar molt.
—S. M.: De primer, per a fer els dibuixos, van pensar en Natacha Bustos, que treballa per a Marvel i és mestissa. Hauria tingut molta lògica i molt de pes que hagués dibuixat Ainhoa, però no podia… Jo no sóc mestissa, però també em travessen moltes coses i vaig amb cura. Per exemple, en la qüestió del sexe lèsbic m’hi he recreat! Es troben a faltar bones recreacions del sexe lèsbic a les ficcions, és una mancança… I hi ha un personatge, Yassim, que he dut a un terreny ambigu. No és que sigui no binària, però és diferent, i li he posat una mica de mi.
—F. M.: L’Institut de la Cinematografia i les Arts Audiovisuals (ICAA) ens va dir que donaven suport a l’animació, i per això vam ser una mica ingenus i vam pensar que podríem tenir més finançament. Però TVE ens va dir que el guió no encaixava en la seva línia editorial. No és tan sols què van dir-nos a nosaltres, sinó què diuen amb totes les pel·lícules del conflicte basc que sí que encaixen en la línia editorial. Al Festival de Cinema de Sant Sebastià totes les pel·lícules de la nostra categoria tenien el suport de TVE i l’ICCA. La nostra, no…
—F. M.: La batalla pel relat sempre l’hem tinguda, i és per això que en aquest llibre parlem dels anys vuitanta. Llavors nosaltres ja cantàvem sobre una realitat diferent de l’oficial; tots els grups que surten a la pel·lícula i el còmic: Kortatu, Vulpes, Eskorbuto, La Polla Records, Barricada, Cikatriz, RIP… També hi surt Vómito perquè és el grup de Víctor Pérez, el meu company d’escola, festes i militància. Després de l’heroïna va tenir la sida i va morir. El rock basc va ser molt important en això, però som encara en la batalla pel relat. Després de la pel·lícula Lasa i Zabala no han donar suport a cap altra amb un punt de vista com aquest. Després d’aquesta van dir xxxxt…! I Unax Ugalde, que va posar la veu a aquesta pel·lícula, va tenir moltes dificultats perquè viu a Madrid i li van posar una pistola al cap en una discoteca… Tenim el govern més d’esquerra de la història després de la Segona República, però què passa?
—S. M.: I allò de “bilduetarres” encara sona… O la persecució de les feministes basques al crit de “puta etarra”, com li fan a Irantzu Varela… És increïble.
—F. M.: L’heroïna és una eina de la guerra bruta, no tan sols al País Basc. És la mateixa història que va passar als Estats Units, que es va utilitzar la droga per finançar la guerra contra Nicaragua i després la guerra contra l’Afganistan socialista.
—S. M.: Als Estats Units també hi va haver bandes que després es van transformar en maras, quan van expulsar del país els seus membres a partir de finals dels vuitanta. Van tornar als països d’origen carregats amb una motxilla molt bèstia de narcotràfic.
—F. M.: Van reproduir tot l’esquema de maras, de bandes, de gangs, que havien après als Estats Units, però als seus països d’origen. El control de tota aquesta droga il·legal sempre l’ha fet la CIA, que és la gran multinacional…
—F. M.: No és que nosaltres ho pensem, és que en tenim constatació empírica. Tenim l’informe Navajas! Només en van sortir a la llum unes quantes pàgines, però assenyalaven la caserna d’Intxaurrondo, i especialment Galindo, que tenia pisos pertot arreu, milions de pessetes, cotxes… Aquest informe va desaparèixer. A més, hi ha allò que l’ex-lehendakari Ardanza va escriure a les seves memòries: quan va ser batlle de Mondragón estava molt preocupat perquè veia que l’heroïna entrava al poble. Va crear un petit grup de policia municipal per investigar què passava amb uns cotxes que hi anaven cada setmana. Van fer un seguiment i aquells cotxes venien de la caserna d’Intxaurrondo! I Ardanza no és sospitós de donar suport a l’esquerra independentista… Va defensar molt el neoliberalisme i es va pagar amb diners públics una visita amb Ronald Reagan. De les clavegueres de l’estat en diem “clavegueres”, però són molt a la superfície, amb Villarejo, Ferreras… I no tan sols contra els bascs, parlem també de Catalunya. Amb nosaltres van fer un experiment per a aplicar-lo arreu. Voleu votar? Doncs model basc…
—F. M.: Tenim Pablo Hasel a la presó i Valtònyc a l’exili. Jo vaig ser a totes les manifestacions i vaig participar molt activament contra l’empresonament de Hasel, i fa tres anys també vam fer un sound system amb La Mata, Chalart58 i Los Chikos del Maíz per a donar suport a Valtònyc. És una injustícia i necessitem l’amnistia per a tots dos.
—S. M.: No es pot parlar de res: ni criticar la família reial, ni res. També van segrestar Fariña simplement perquè assenyalava Aliança Popular. Abans parlàvem de què es pot dir i què no sobre el País Basc… Doncs arrosseguem molts forats negres que no hem tapat, com la qüestió de les fosses comunes o de les clavegueres. De Jordi Pujol, per exemple, no s’ha dit tot. No es diu res de moltes coses… Hem d’agafar una excavadora i començar a remenar la merda fins que surti tot.
—F. M.: En el cas basc, això que fa Bildu al congrés, a part de denunciar moltes coses, s’explica perquè tenim un procés de pau que encara no ha acabat. És per això que negocia moltes coses que per a nosaltres són imprescindibles, com ara tenir els presos no tan sols al costat de casa seva, sinó també lliures per a poder tancar el període de la lluita armada. És molt fàcil de llegir entre línies què fa Bildu a Madrid. Quan dóna suport a segons què és també perquè té un cop d’ajuda per als presoners polítics o per als refugiats, que han tornat gairebé tots. No crec que sigui cap secret: és llegir políticament què passa. No fem gaire soroll perquè potser dins les negociacions hi ha la idea de no fer soroll, de no fer benvingudes… No sóc en cap taula de negociació, però crec que va per aquí…
—S. M.: Jo des que visc al País Basc he agafat més perspectiva i no puc deixar de comparar les maneres d’uns i altres. Estic molt d’acord amb l’acostament dels presos. Visc en un poble en què un percentatge molt alt de persones han estat o continuen a la presó, en molts casos que conec de manera injusta… Arran de l’1-O també em vaig adonar de com reaccionaven molts. Sorties del País Basc i la bandera espanyola era arreu. A mi m’han fet molta broma: “Catalana i al País Basc, tant com pots per no trepitjar el centre!” Doncs sí! Arran de l’1-O m’he vist reforçant una idea d’independència que tenia molt més apagada quan vivia aquí. Pensava que la cosa anava bé, fins que em vaig adonar que no, que era una aigua calmada que encara no s’havia mogut.
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Este jueves, 6 de octubre, llega a las librerías, Black is Beltza II: Ainhoa (Reservoir Books), la segunda novela gráfica del proyecto multimedia de Fermin Muguruza (Kortatu, Negu Gorriak) cuya nueva película se estrenó en cines la semana pasada. El músico, Harkaitz Cano e Isa Campo firman el guion que ha transformado en viñetas Susanna Martín (Annemarie, Ofensiva final).
Hemos preguntado a Susanna qué es lo que le ha atraído de este proyecto que también incluye un disco y una gira de Muguruza: “Lo primero, la oportunidad de trabajar con Fermin Muguruza, que es un símbolo en el País Vasco, en muchos sentidos. Además, colaborar en un proyecto como este, que es muy distinto a lo que estaba acostumbrada. También me han dejado aportar mis granitos a la historia. Y, por supuesto, que me encantó el guion. Lo que nos sospechaba es el enorme trabajo que me iba a suponer este cómic”.
El primer cómic y la película original de Black is Beltza se centraban en los movimientos sociales de los 60. Este nos traslada 20 años en el futuro para contarnos la historia de Ainhoa, una joven boliviana que viajará por algunos de los puntos más conflictivos del mundo en los 80, en los últimos años de la Guerra Fría, desde el País Vasco hasta Beirut, pasando por Kabul o el Kurdistán.
“Ainhoa –nos cuenta Susanna-, es la hija de Manex y Amanda, los protagonistas de la primera entrega, y nos sirve para repasar todas esas revoluciones que hubo en los 80, sobre todo desde el 86 al 88, cuando transcurre la historia del cómic, desde la revolución sandinista, Afganistán…”
“Ainhoa viajará por oriente haciendo fotos para Josune, una joven periodista –continúa-. Pero también hay numerosos guiños a todas esas revoluciones que tenían lugar en Latinoamérica”.
“En esa época –añade-, yo tenía diez o doce años y recuerdo poner la televisión y parecía que solo había guerras en el mundo. Creo que fue una época muy dura. Ahora también vivimos tiempos delicados, pero parecía que en aquella época las cosas solo se podían solucionar con guerras”.
Otro de los temas es el del narcotráfico. “Si, hablamos de ese narcotráfico orquestado por los gobiernos de grandes países a nivel mundial -afirma Susanna-. También sobre la heroína, que hizo mucha mella en el País Vasco, sobre todo en Guipuzcoa, Bilbao y los alrededores de Donosti, donde mucha gente murió por sobredosis, SIDA… Y también hablamos sobre cómo la introducción de la heroína en el País Vasco, en esa época final de ETA, fue una estrategia política central, del gobierno español, para intentar someter a la juventud y mantenerlos ocupados con las jeringuillas”.
Susanna describe la historia como: “Una película de espías de los años 70, de las que yo veía de pequeña sobre la guerra fría, el contraespionaje. Tiene ese espíritu. Y luego mucho suspense, porque piensas que Ainhoa es una chavalita un poco ingenua, que se dedica a sacar fotos en un bar, que hace un viaje de reencuentro familiar, pero al final descubrimos que no es tan inocente y nos tiene reservada una sorpresa”.
Destacar también la influencia de Corto Maltés en el cómic, algo patente desde la propia portada: “Esa imagen de la cubierta es un homenaje a Hugo Pratt y Corto. Está muy inspirada en su álbum Las Etiópicas (Norma), en esas mujeres que él dibujó. Además, hay un pequeño guiño, que ya estaba en el guion, porque Fermin es muy fan de Corto. Y es que cuando Ainhoa llega a Pamplona le enseña unas fotos de guerrilleros a su abuela y uno de ellos es Cortó Maltés. El espíritu de Corto Maltés sobrevuela todo el cómic”.
Uno de los mensajes de la película es que la Cultura puede cambiar el mundo. “Totalmente –asegura Susanna-. Hay una frase que dice Iñigo Muguruza en el cómic, parafraseando a Salvador Allende que es: ‘No hay revolución sin canciones’. Y yo estoy totalmente de acuerdo. Pero con cultura no me refiero a ir al cine, sino, por ejemplo, lo que hicieron en Nicaragua de ir alfabetizando a la gente de los pueblos para que supieran leer y tuvieran sus propias ideas. Creo que eso es fundamental. Es un poco lo que comentaba antes de usar la heroína para amansar a las masas, si nos quitan el pensamiento es cuando nos ganan la batalla”.
Y ya que hablamos de música, preguntamos a Susanna qué importancia tiene la música en la historia: “Eso es lo único que echo de menos en el cómic, la maravillosa banda sonora de la película. En las viñetas metemos muchas canciones, porque nos parecen importantes para la trama, pero esa banda sonora es fundamental para completar el retrato de esa época, de esa década, que también fue tan importante a nivel musical”.
Días de Cine:Black is Beltza II: Ainhoa.
“El cómic también es un homenaje de Fermin a su hermano pequeño, Iñigo Muguruza, que falleció en 2019 –nos comenta Susanna-. Para mí ha supuesto una gran responsabilidad dibujar esta historia porque, como comentaba, aquí Fermin y Kortatu son un símbolo. Y ahí estaba yo, dibujando el último concierto de Kortatu. Ha sido muy especial”.
En una de sus anteriores novelas gráficas, Annemarie (Norma, 2020), Susanna y María Castrejón recreaban la vida de la periodista, escritora y fotógrafa Annemarie Schwarzenbach (1908-1942). Le preguntamos si tiene algo en común con Ainhoa: “Son dos mujeres muy echadas para adelante, muy valientes, y por eso me gustan mucho. E incluso me dan envidia, porque yo no soy así y me gustaría serlo. Ver a personajes femeninos fuertes recorriendo el mundo de esa manera es genial. Y creo que es fundamental para que los jóvenes tengan referentes femeninos”.
Hablando de eso, destacamos también a Josune, una joven periodista comprometida que hará esos viajes junto a Ainhoa: “Es como su compañera de armas. Me encanta este personaje porque es una chavala corriente que se atreve con todo, que vive en Pamplona con sus colegas, su cuadrilla… y, de repente, se encuentra recorriendo el mundo para documentar todos esos conflictos; sin saber muy bien cómo ha llegado hasta ahí”.
Como os contábamos, este cómic forma parte de un proyecto multimedia que también incluye la película, un disco e incluso una gira. Preguntamos a Susanna por la relación del cómic con el largometraje: “Amabas cosas forman parte de este gran proyecto y se complementan. Pero, a la vez, las dos funcionan por separado, igual que la banda sonora, que puedes escuchar sin conocer la historia. Se mantiene esa individualidad de cada parte, pero forman parte de ese conjunto en el que todo encaja a la perfección”.
De hecho, Susanna no había visto la película hasta ahora: “La vi el día 30 de septiembre en el estreno. No quería que me influyera demasiado. Si que me pasaron los diseños de los personajes, para que no fueran demasiado diferentes, pero algunos los veía de otra manera, con el cuerpo diferente y cosas así, y me dieron muchísima libertad para hacerlo a mí manera. Es lo que decía antes, que muchas autoras actuales estamos creando referentes y para eso yo necesitaba esa libertad”
En cuanto al guion de Fermin Muguruza, Harkaitz Cano e Isa Campo, Susanna asegura: A mí me pasaron el storyboard de la película. Y lo leí, pero intenté que no me influyera, porque es cinematográfico y son narrativas muy distintas. Fue un currazo pasar el guion a las viñetas: adaptar escenas, simplificarlas e incluso eliminarlas; añadir otros ritmos, silencios o espacios… cosas que igual no están en la película. Ese es el trabajo invisible que hacemos y es lo que más me apasiona cuando hago un cómic, la parte más sesuda y más lenta de hacer”.
Preguntamos a Susanna hasta qué punto se ha inspirado en el primer cómic de Black is Beltza, realizado por Muguruza y el dibujante argentino Dr. Alderete: “Él tiene un estilo muy particular, muy personal, inspirado en la imaginería cartelística y las estampas mexicanas y mi estilo es muy diferente. Por eso he dibujado con mi estilo, pero he respetado su técnica de aplicación del color. También he aplicado tramas, como él, pero lo he hecho a mi manera”.
Para distinguir los viajes de la protagonista, uno de los recursos de Susanna Martín es el color: “Cada viaje tiene un color distinto para que los lectores se den cuenta enseguida de que están en otro país. Porque hay tanta información en el cómic que me daba miedo que la gente se perdiera entre tantos conflictos y viajes”.
“Y luego tuve que dibujar todos esos países –añade-. Fermin me pasó una cantidad ingente de fotografías y documentación gráfica de esa época, lo que me facilitó mucho el trabajo, porque hay una cosa que nos pasa a los dibujantes y es que, cuando trabajamos en cómics históricos de zonas que han sido afectadas o incluso destruidas completamente por guerras, es complicado encontrar las imágenes correctas”.
En cuanto a sus proyectos, Susanna nos comenta: “Ahora trabajo en dos proyectos, pero no me dejan hablar sobre ninguno de ellos. Y a raíz de Black is Beltza: Ainhoa están llegándome propuestas muy jugosas. Ahora mismo estoy viendo cómo las encajo y a ver qué puedo hacer, pero de momento no os puedo dar ninguna primicia!.
Black is Beltza: Ainhoa, llega a las librerías este jueves, 6 de octubre.
👉 Este jueves llega a librerías “@Black_Is_Beltza: Ainhoa” de @muguruzafm y @susannamarteen.
Y vamos a aprovechar para presentarlo por todo lo alto. Con la periodista #MònicaTerribas. Jueves 6 de octubre.⏰ 19 h. 📍 @bibcanfabra
I si vols saber tots els detalls 😍 d’aquest còmic de la mà de @muguruzafm i @susannamarteen, només cal que et reservis aquesta data:
👉 Presentació “@Black_Is_Beltza II: Ainhoa” amb #MònicaTerribas
6 octubre · 19h ·📍 @bibcanfabra
La relación de Fermin Muguruza (Irún, 1963) con el cómic no debería de pillar por sorpresa a sus seguidores. El debut de su primer grupo, Kortatu, se abría con Don Vito y la revuelta en el frenopático, un tema inspirado en un personaje del historietista Javier Montesol. Ahora, el universo Black is Beltza, nacido de la novela gráfica del mismo nombre, entrega su segunda parte cinematográfica cuatro años después de la primera. Si entonces varios acontecimientos mundiales se vehiculaban a través del protagonista Manex, esta vez es la hija de este nacida en Cuba, Ainhoa, quien lleva al espectador desde el Caribe a Pamplona y de ahí a Líbano, Afganistán, Kurdistán y Marsella en el año 1988. La cinta ha implicado la labor de 250 personas; entre ese trabajo también está el doblaje de actores y actrices como María Cruickshank, Itziar Ituño, Eneko Sagardoy, Antonio de la Torre, Ariadna Gil o Gorka Otxoa.
Han sido cuatro años de trabajo que Muguruza califica de “muy intensos”. “No son jornadas laborales de ocho horas, sino de casi todo el día excepto el tiempo que estás intentando descansar, y eso que yo normalmente duermo poco”, explica. “Coproducíamos con un estudio de Argentina y sus horas más fuertes de trabajo coincidían con el momento en que acababan las nuestras. Hasta las once de la noche estabas pendiente porque cualquier duda que se pueda resolver en el mismo día es vital para que se pueda seguir trabajando a la jornada siguiente. Pero la animación te da muchas alegrías cada vez que ves un personaje, un fondo, el movimiento de un ojo o una mano, la sincronización de una música. Por supuesto, también hay cantos de monstruos y momentos en los que hay que pelear con dragones de muchas cabezas. Pero ha sido un viaje realmente agradecido. La Ítaca a la que hemos llegado por medio de Ainhoa ha sido estrenar en el Velódromo”.
Muguruza le concede importancia al hecho de que la película se haya podido ver por primera vez en el Velódromo de Anoeta en el marco del 70º Festival Internacional de Cine de San Sebastián. 3.000 personas llenaron el mismo espacio en el que el segundo grupo del músico, Negu Gorriak, celebró en 2001 su absolución definitiva de la demanda interpuesta por el entonces teniente coronel de la guardia civil Enrique Rodríguez Galindo. La canción por la que este sintió lesionado su honor, Ustelkeria, reflejaba el eco que había tenido en prensa un informe —conocido con el nombre del fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Guipúzcoa Luis Navajas— que detallaba vínculos del cuartel dirigido por Rodríguez Galindo y el narcotráfico.
Esa es una de las múltiples referencias musicales y políticas que aparecen en una Black is Beltza II: Ainhoa que arranca con protagonismo de Kortatu: la génesis de su tema Sarri, Sarri y la despedida en directo del grupo en 1988. En la película, Fermin y su hermano Iñigo Muguruza anticipan que esa banda no se juntaría nunca y que lo próximo que harían sería totalmente nuevo, estilísticamente hablando, y en euskera. Ambos estaban, ya de adultos, acabando de aprender una lengua vasca prohibida durante la dictadura. La prematura muerte de Iñigo en septiembre de 2019 cayó como una losa al inicio del proceso creativo de la película. “Muy poquita gente conoce esa última foto suya que aparece en la película. Lleva puesta una camiseta que yo le envié a Nicaragua, donde él estaba luchando por un mundo nuevo” apunta Fermin. “La muerte de mi hermano fue una devastación tan grande que por primera vez en mi vida hubo un momento en el que pensé que no iba a poder salvar un proyecto. Ha sido muy duro, pero la película ha sido una especie de terapia. En los momentos de mayor desánimo, Iñigo ha sido una razón para hacer Ainhoa”.
El equipo de la película ha contado, además de la producción ejecutiva de Jone Unanua, con un análisis de guion por parte de Natalia de Ancos y Kattalin Miner. Uno de los cambios más notables con respecto a la primera entrega es un mayor protagonismo femenino. No solo el de Ainhoa, cuya actriz de doblaje María Cruickshank, según Muguruza, “se ha convertido totalmente en el personaje”. En sus viajes, ella está acompañada por la periodista Josune, del diario Egin. “En el estreno me guardé al director de ese medio, Jabier Salutregi, para presentarlo al público el último. Yo estuve tres años trabajando en la radio de Egin. Recuerdo que su cierre, en 1998, me pilló de gira con Dut, cogiendo un avión desde San Francisco a Nueva York, donde teníamos que tocar en la sala CBGB. Salutregi no recibió ningún tipo de solidaridad internacional, siendo director de un periódico, y años después se decretó la ilegalidad del cierre”, recuerda el músico y director. Ainhoa no ha contado con el apoyo de Televisión Española. “Nos dieron el portazo. Nos dijeron, y lo tenemos por escrito, que la película no encaja en su línea editorial. Eso con el Gobierno supuestamente más progresista desde la II República”, lamenta Muguruza.
“La nostalgia paraliza. Ainhoa es un ejercicio de memoria histórica”, afirma el director. “Nos olvidamos, por ejemplo, de que en Afganistán hubo una revolución socialista en 1978. Vivimos una batalla por el relato, y eso ya está en la primera película, donde era clave hacer hincapié en el contrabando de ideas y en el arma más importante que tenemos quienes queremos cambiar el mundo, que es la cultura”. Para Muguruza la línea del frente artístico sigue jugando un papel principal ante el estado de las cosas. “Es esencial. Pecamos de la obsesión del momento, pensamos que vamos a conseguir las cosas en el periodo de vida que nos ha tocado. Mucha gente ha vivido el tiempo fascinante de un cambio, sin embargo mucha otra gente no. Ahora estamos en un momento de impasse, pero la cultura tiene que seguir siendo ese martillo que golpea el mundo”, señala. El de Irún confía en la creación de nuevos referentes y tiene palabras de admiración para aquello que se anda tejiendo últimamente en tierras navarras.
“Me parece impresionante el movimiento que hay en Pamplona, que incluso tiene un nombre, el ‘resurgimiento del este’, y que además ocurra alrededor del euskera, con bandas que se apoyan a pesar de sus distintos estilos: Chill Mafia, Hofe, Katanga Dub, Ibil Bedi, Tatxers, la Broken Brothers Brass Band y por supuesto locales y editoriales como Katakrak”, apunta. Esa es, de hecho, la ciudad en la que comienza una película, Ainhoa, que guarda equilibrio entre el cuaderno personal de viaje y el testimonio colectivo de un tiempo del que reivindica enseñanzas válidas para un presente nublado. Hora y media que sabe que toda utopía digna de llamarse así suena a buen volumen.
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